miércoles, 30 de septiembre de 2009

El Secreto de sus Ojos



Existen películas que cuando terminan, uno no se acuerda ni de cómo empezaban, otras se quedan durante un rato dentro de la cabeza, dándole vueltas a momentos vividos unos minutos antes, otras películas nos acompañarán durante toda la vida, y otras nos dejan sentados en las butacas del cine cuando empiezan los títulos de créditos, quedamos inmóviles sin poder reaccionar ante la cantidad de sentimientos y profundidad de la película, es aquí, en este último grupo donde meteríamos este trozo de celuloide.

Esta película se adentra en lo profundo del ser humano, raspando capas hasta atravesar la médula, te habla de amor, de ese amor nunca alcanzado por un beso, basado en miradas y gestos, donde existen momentos en los cuales el paso atrás será recordado como un acto de cobardía al ir ganando la batalla los años. Es una película policiaca, pero donde los personajes no están sometidos a los encasillamientos propios del géneros, no están los buenos muy buenos o los malos malísimos, cada uno debe aguantar su palo de verdades y mentiras, de bondades y miserias. La película también tiene momentos de comedia, pues a lo largo del metraje se mezcla la muerte, el deseo, el odio, el amor con las dosis justas de risas provocadas por situaciones reales de la vida misma

El director de la película Juan José Campanella sabe medir perfectamente los tiempos en la película, no sobrando ni faltando un solo minutos, haciendo que sus actores, poderosos Ricardo Darín, hagan suyas unas interpretaciones en las cuales no recitan un guión, lo viven como suyo, haciendo que cada frase suene a más verdad que la anterior. Campanella, que ya tienen tras de sí, la magnífica “El Hijo de la Novia” sabe como atrapar al espectador con un guión si artificios, ni dobleces, con un guión sincero y sin hacerse el más inteligente, dándole al espectador la oportunidad de ir viviendo cada momento del film y de explorar lo que los actores van viviendo en cada momento.

Todo ello, no sería posible sin las magníficas interpretaciones de sus actores, en especial el terceto protagonista, Ricardo Darín, actorazo como la copa de un pino, capaz de arrebatarnos el corazón con un solo gesto, con una mirada, actor que le sobran las palabras para expresar amor, incredulidad y sobre todo sinceridad. Soledad Villamil, como es capaz de aguantar esos primeros planos y como es capaz de expresar la opresión del amor en una mirada. Y Guillermo Francella, como ese compañero de trabajo de Benjamín Espósito (Ricardo Darín), borrachín y buen compañero, experto en escaquears, capaz de dar lo que más aprecia uno por un amigo….

Sinceramente no os la perdaís, como se dice en la película una persona puede cambiar de aspecto, de amigos, de ciudad pero nunca podrá cambiar su PASIÓN.



viernes, 4 de septiembre de 2009

Gritos en el Silencio



He despertado del sueño y no reconozco lo que está a mi alrededor. Veo muebles que no son los míos, veo una habitación donde nunca he dormido, veo una ventana y no recuerdo su fondo...
¿Dónde estoy? Intento recordar. Me duele la cabeza. Intento levantarme para abrir la puerta y mis piernas no me responden. Quiero hablar y no me sale la voz.
Oigo ruido. Alguien se acerca. Abre la puerta y mira pero no dice nada, tan solo escucho su llanto, intento hacerle un gesto pero no tengo fuerzas ni para levantar un brazo ¡ Por Dios! ¿qué me pasa?
La puerta se cierra. Me quedo solo. Una lágrima cae por mi mejilla, creo que es la última parte de mi cuerpo que aun tiene vida.